En muchos países de Latinoamérica, los cultivos agrícolas aportan de manera significativa al Producto Interno Bruto.
Una muestra de ello es que, durante 2020, la agricultura y otras industrias similares representaron el 9.80% del PIB en Ecuador, el 7.68% en Colombia, el 4.35% en Costa Rica y el 3.86% en Chile, según datos del Banco Mundial.
Pero este crecimiento no viene solo. El sector agroindustrial enfrenta muchas amenazas todos los días, como el cambio climático, la escasez de agua, los efectos de la radiación solar y más.
Para que nuestra producción sobreviva a todo esto y seguir compitiendo en un mercado cada vez más exigente, es necesario reconocer la importancia del monitoreo de cultivos agrícolas y cómo optimizarlo aprovechando la tecnología.
Importancia de la gestión de cultivos agrícolas
Por “control de cultivos” nos referimos a todas las actividades de monitoreo de las cuales depende el crecimiento, salud y producción de una planta.
Para esto, debemos tomar en cuenta los requerimientos fisiológicos de cada tipo de cultivo y cómo se ven afectados por condiciones externas como:
- Temperaturas bajas y altas, que inciden en la humedad del suelo.
- Acidez, salinidad y alcalinidad del suelo, que influyen en la disponibilidad de nutrientes.
- Falta de radiación solar, que estanca el desarrollo.
- Conductividad eléctrica, entre otros.
Sumado a esto, hoy en día tenemos que lidiar con las consecuencias del cambio climático, entre las cuales está el aumento en el riesgo de plagas. Con los cambios en la temperatura global, se piensa que muchas plagas migratorias podrían comenzar a desplazarse a otros lados, incluyendo zonas con climas subtropicales como América Latina.
Datos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) señalan que las plagas destruyen cada año hasta un 40% de toda la producción mundial de cultivos. Esto le trae pérdidas al sector agroindustrial por más de $200 mil millones de dólares.
Sin un monitoreo adecuado de estas variables, es poco probable que nuestros cultivos logren superar estos desafíos y mucho menos que puedan alcanzar su máximo potencial de producción.
Monitoreo de cultivos agrícolas y tecnologías digitales
A todo lo que hemos visto, debemos añadir el crecimiento de la población y el consecuente aumento en la demanda de productos agrícolas.
Por un lado, necesitamos garantizar la tasa más alta de producción posible para satisfacer la demanda de alimentos, pero, al mismo tiempo, es indispensable disminuir al máximo el impacto ambiental.
La forma de conseguir esto es implementando un control de cultivos más sustentable, apoyándonos en el uso de drones, satélites y sensores inteligentes para automatizar el monitoreo de parámetros.
Por ejemplo, los sensores nos permiten medir la humedad del suelo para determinar si nuestros cultivos están recibiendo suficiente agua y evitar el abastecimiento innecesario. También podemos usar la telemetría para saber si estamos usando el agua eficientemente, consiguiendo ahorros del 30-70% en el riesgo y contribuyendo a conservar este preciado recurso.
De este modo, la tecnología nos presenta soluciones novedosas y prácticas para un mejor control de cultivos donde, al mismo tiempo, estaremos disminuyendo el impacto ambiental de nuestro negocio y reduciendo costos a futuro.
La plataforma de TrackitAgro hace que el salto a una estrategia de monitoreo más inteligente y ecológica sea muy sencillo. Desde una misma aplicación -y gracias a sensores- podremos darle seguimiento a parámetros muy importantes para el desarrollo de nuestros cultivos, como la temperatura, humedad, NPK, PH, EC, radiación fotosintética y más.
También tenemos la opción de configurar alarmas cuando alguna variable esté fuera de los límites normales, y generar reportes automáticos para entender mejor el estado actual de nuestras plantas.
