La caña es una planta multiuso, de la que podemos obtener alimentos para el consumo humano y animal, químicos farmacéuticos, papel y hasta combustible, pero para conseguirlo tenemos que aprender sobre ella, ¿de dónde proviene la caña de azúcar y cómo sacarle el máximo provecho?
Se estima que, para el año 3000 A.C, esta gramínea tropical, conocida científicamente como Saccharum officinarum, ya era sembrada en Nueva Guinea, de donde pasó a la India y posteriormente a Oriente y Europa. A partir de 1492, su presencia se extendió al Caribe y América.
Aunque se trata de una planta rústica con una gran capacidad de adaptación agroecológica, para que su desarrollo sea lo más óptimo posible, debemos cumplir con una serie de requerimientos edafoclimáticos, es decir, condiciones específicas de suelo y clima.
Condiciones mínimas para el cultivo de la caña de azúcar
Suelo
Al saber de dónde proviene la caña de azúcar, es fácil entender que su cultivo no es muy exigente en cuanto a suelo, sin embargo, los mejores rendimientos se obtienen en suelos ligeros. Los que si debemos evitar son los suelos ácidos y calizos, de hecho, el pH óptimo debe oscilar entre 5.5 y 8.
Temperatura
Para que esta planta pueda crecer con normalidad, debe estar bajo una temperatura de 14 a 16 ºC, pero para una buena germinación, necesitaremos que esos valores suban de 32 a 38 ºC. Temperaturas inferiores a 0 ºC no son soportadas por la caña de azúcar.
Humedad
Otro aspecto importante que debemos precisar cuándo buscamos información sobre la caña de azúcar es la humedad. Si esta es alta, por ejemplo, su crecimiento vegetativo será mucho más rápido, pero cuando es baja, la planta tiende a madurar de forma acelerada.
Radiación solar
El sol es un factor clave para el desarrollo de la caña de azúcar, de modo que, mientras más radiación solar reciba la planta, mayor será la eficiencia de la fotosíntesis y, en consecuencia, la producción y la acumulación de azúcares también será elevada.
Riego
Los encharcamientos afectan a los cultivos de caña de azúcar, así que debemos tener cuidado con los excesos de agua. Lo ideal es hacer un aporte hídrico anual de 1200 a 1500mm. Si lo disminuimos un mes antes de la cosecha, estimulamos la producción y la acumulación de carbohidratos.
Control y monitoreo de cultivos: ¿cómo pueden ayudarnos?
Factores como la escasez de agua y los efectos de la radiación solar, amenazan todos los días al sector agroindustrial, pero si aprovechamos la tecnología para monitorear y controlar las cosechas, podemos afrontar con fortaleza todas esas vicisitudes.
Asimismo, el cambio climático, que de aquí al 2050 plantea para varios países de Latinoamérica un aumento de la sequía y la disminución de las precipitaciones, también representa un peligro para la agricultura.
No obstante, al aplicar un mecanismo de monitoreo, tenemos la posibilidad de mitigar los riesgos.
A través de TrackitAgro podemos hacer seguimiento a la trazabilidad de nuestros cultivos de forma inteligente y mucho más ecológica, ya que tendremos acceso a parámetros de alto valor, como temperatura, humedad y radiación fotosintética, entre otros, lo cual garantiza mejores resultados.
En conclusión, si hacemos buen uso de esta información sobre la caña de azúcar y empleamos herramientas digitales como TrackitAgro para controlar su cultivo, será mucho más fácil tomar decisiones que nos permitan mejorar la eficiencia y producción de este importante rubro.
